Sitio perfecto para disfrutar de una comida al aire libre (o en el comedor) con un precio muy razonable. La localización es genial para ir con familia, o amigos, dar un paseo y sentarse a comer.
De la comida destacaría las carnes, especialmente la parrillada de buey, porque te traen un recipiente con brasas de carbón donde te haces la carne a tu gusto, patatas en abundancia y pimientos verdes. También son abunfantes los entrantes.
Del servicio destacaría a Vicente: un camarero muy atento, siempre pendiente de sus mesas y muy agradable, que sabe aconsejar con las cantidades.
Una pena que no tuvimos tiempo para los postres, que tenían muy buena pinta.